Por Luna Celestino y Agustín Saguier
Pablo Vommaro, doctor en Ciencias Sociales en la UBA y parte del equipo de estudios de política y juventudes, afirma que los jóvenes hoy toman una «posición de interés» por la participación política pero quizás buscan «nuevas formas de participación en diferentes movimientos colectivos». Él lo vincula a agendas emergentes como la de género y disidencia, género y diversidades, a la ambiental y climática.
Según Eduardo Chávez Molina, director del Departamento de Sociología en la Universidad Nacional de Mar del Plata e Investigador de Instituto Gino Germani, los jóvenes en términos políticos, «principalmente opinan, se posicionan, pero su nivel de participación generalmente es muy baja, ya sea en partidos políticos, sindicatos, organizaciones de base, centros de estudiantes”.
El Cippec y UNICEF Argentina realizaron una encuesta a un grupo de jóvenes que muestra lo siguiente: más del 52% siente que sus ideas no se ven representadas por los partidos políticos o candidatos que se presentan en las elecciones. Algunos de los temas que surgieron en la agenda joven fueron la violencia de género, el medio ambiente y la crisis climática.
El presidente de la juventud en San Fernando, Juan Rivero Maciel, afirma que en el partido de La Libertad Avanza los jóvenes son minoría y que podría haber más. “Hay jóvenes, no son tantos como la gente cree”. Además, sostiene que el problema es la política en este país. “Siento un desprecio hacia los políticos que no es lo mismo, porque la gente no está ni desilusionada con la república ni desilusionada con la política, están desilusionados con los que la ejercen por un lado, y por otro con los que lo votaron”, ratifica.
Serena López Salusso, joven militante de Juntos por el Cambio, afirma que ve a la política “como una herramienta de transformación» de la realidad. «Creo que si te incomoda algo de la realidad la forma de cambiarla es haciendo política. No necesariamente partidaria”, señala. Y luego, reflexiona: “El desinterés de los jóvenes no es hacia la política, sino a los políticos que no logran representar a la juventud”.
Según datos aportados por la Cámara Nacional Electoral, en 2023, los votantes entre los 16 y 35 años son 14.326.174. Todos conforman más del 40% del padrón electoral. A pesar de su relevante importancia en la aspiración presidencial de cualquier candidato, la mayoría de los jóvenes siente que la política no los escucha.
En ese sentido, Vommaro sostiene que las nuevas generaciones, que están ingresando a la vida política, lo hacen con experiencias previas pero también con una profunda sensación de «malestar, de insatisfacción, de rabia y desazón».
“Una generación que se expresa exclusivamente en las redes, sin el intercambio de ideas en un espacio de vivencias múltiples, puede propiciar prácticas autoritarias con respecto a opiniones que hacen a la vida democrática de las personas”, reflexiona Eduardo Chavez Molina acerca de las nuevas formas de militar. Y agrega que en los jóvenes actuales su participación está muy ligada a la esfera social de reproducción: “es imposible pensarlo sin esta segmentación”.
“Uno de los cambios de hace unas décadas y ahora es toda la cuestión del activismo digital, de la militancia digital y de las redes sociales también como territorio de acción, de participación y de práctica política”, cuenta Pablo Vommaro. Él afirma que hay una participación dinámica.
Milena Jota de 23 años, militante de Jóvenes por el Clima, decidió unirse a esta causa porque desde que es chica se siente atravesada por las problemáticas ambientales. Ella cuenta: “Lo venía resolviendo desde un lado más individual, es decir, leía libros, veía documentales y decidí hacerme vegetariana”.
Pero, a comienzos de este año se dio cuenta que sola no podía. “Los cambios son colectivos y los cambios que hay que hacer en materia ambiental y en materia de mitigación del cambio climático son demasiado grandes como para que cada uno siga en sus demandas individuales y en sus acciones individuales”. Es por eso, que tomó la decisión de unirse a este movimiento.
Jóvenes por el Clima es un movimiento social joven, donde hay niños desde 13 a 26 años. Milena afirma que “la lucha del cambio climático es principalmente de la juventud”. Ella menciona a dos de sus referentes: Greta Thunberg de 20 años, y Francisco Vera, un niño colombiano de tan solo 12 años creador del movimiento Guardianes por la Vida.
Igualmente destaca que hay referentes adultos, y que hoy en día los que toman las grandes decisiones son ellos. Es por eso, que es fundamental integrarlos a la lucha y seguir haciéndolo en conjunto. “Son adultos que están aprendiendo de esto a partir de nosotros”, afirma.
El femicidio de Chiara Páez, en mayo de 2015, fue el puntapié inicial para que un grupo de mujeres lanzaran a través del #NiUnaMenos una convocatoria a la plaza ubicada frente al Congreso de la Nación para pedir justicia. El colectivo feminista viene desde hace muchos años. Hoy, con las nuevas tecnologías, estos colectivos tomaron mayor visibilidad.
Las jóvenes participan activamente en protestas, campañas de concientización y actividades que buscan crear un cambio cultural y social. Un claro ejemplo de esto, es la marcha de “Ni una Menos” que se realiza todos los años. Según Anna, el apoyo joven en esta causa, es inevitable. “Esto le pasa a todas las mujeres, nadie está exenta de que le pase. Nos tenemos que cuidar entre nosotras. Hay que protegernos y ayudarnos. Tenemos que hablar”, afirma Anna. Por otro lado, reflexiona que este es un movimiento que tienen que impulsar las jóvenes, ya que están deconstruidas.
El activismo joven cambió con los años. Para Vommaro, las nuevas generaciones buscan formas de participar y siguen interesados, pero sin dudas desde otra manera. Los temas de discusión se fueron transformando a lo largo del tiempo.